martes, 13 de enero de 2009

Cuac

Hay un pato muerto en la orilla.
¿Puedo darle con un palito, mamá?
No hijo, los patos muertos no se tocan.
Quizá no está muerto del todo, ¿no mamá?
¿Llamamos a alguien para que lo salve?
No, cariño, está muerto.
Ya no podemos hacer nada.
Los patos muertos transmiten enfermedades,
no te acerques, no le huelas,
es sólo un bicho, no le mires.
Vámonos a casa.
Mamá, creo que el pato ha soltado una lágrima.
Los patos no lloran, Tristán, no lloran.

5 comentarios:

Malone dijo...

tristán se dio cuenta demasiado pronto de muchas cosas que es mejor no aprender

Rubén dijo...

Muy bueno, me gusta mucho

ordago13 dijo...

cuac cuac hacen los patitos,
¿a donde van las olas del mal?

me encanta tu magia de momentos pequeños

Torontola dijo...

pobres patos.
el animal que domina los tres elementos básicos y siempre está sonriendo.

que maravilla de animal

Isabel Huete dijo...

Hermoso cuento y triste final. Me recuerda a los cuentos que yo leía de pequeña, ¡lo que me hacían llorar!
La realidad siempre es dura pero te hace aprender.
Un beso grande.